jueves, 31 de marzo de 2011

LECTURAS 1º ESO. 3ª EVALUACIÓN



En este último trimestre leeremos dos obras bien diferentes entre sí pero igualmente entretenidas.
Se trata de "Todos los detectives se llaman Flanagan":intriga y misterio de la mano de un detective muy particular y "Esto es Troya":una obra teatral que revive las vicisitudes de los guerreros aqueos y troyanos.

viernes, 18 de marzo de 2011

CLÁSICOS A ESCENA


El jueves 17 de marzo tuvo lugar en el Teatro Apolo el encuentro de grupos de teatro escolares "Clásicos a escena" dentro del marco de las XXVIII Jornadas del Siglo de Oro. Nuestros compañeros de "Los macarrones del desierto" representaron la obra "Herir por los mismos filos" de Luis Antonio Moncín. Además, al igual que otros compañeros del instituto que se animaron a participar en esta jornada, pudieron disfrutar como público de las obras de todos los centros participantes.
Aquí os dejamos unos enlaces interesantes:

Noticia "Clásicos a escena"
Fotos "Clásicos a escena"

viernes, 11 de marzo de 2011

MONSTRUARIO





El martes 15 de marzo los alumnos de 1º de la ESO acudirán a la representación teatral de "Monstruario" por la compañía teatral Ymedio Teatro en el Auditorio Maestro Padilla. Aquí os dejamos un enlace para que vayáis abriendo boca.

http://www.ymedioteatro.com/espectaculos/monstruario/

martes, 8 de marzo de 2011

CUENTO DE NAVIDAD DE Mª JOSÉ LÓPEZ DE 1ºB

Navidad, humilde Navidad

Era una fría noche de invierno, el aire que aspiraba congelaba sus pulmones poco a poco. Decidió ajustarse la bufanda para estar más abrigada y seguir caminando, enfrascada en sus pensamientos. Andaba y andaba, por el centro de la ciudad, mirando un escaparate detrás de otro, mientras se miraba en los cristales, reflejando su cara de incertidumbre y angustia.
-¿Qué puedo hacer? - Se preguntaba a sí misma mientras se mordía el labio con nerviosismo.

Miraba los escaparates y su bolso una y otra vez, de vez en cuando miraba su monedero con ansia, como si fueran a crecer billetes en cualquier momento de la noche.

Algo captó su atención, una pequeña familia de muñecos de nieve de peluche, con sonrisas dibujadas y los mofletes sonrojados. La verdad es que eran preciosos, pero nunca serían suficientes para su maravillosa familia.

No paraba de pensar en todos aquellos regalos que había visto durante toda la tarde. Y ahora, a falta de media hora de que cerraran las tiendas, no había comprado absolutamente nada.

-Aquel abrigo rojo era perfecto para Mamá - murmuraba.
-Esa corbata verde era ideal para Papá - seguía mascullando para sí misma.
-Y estoy segura de que mi hermano Miguel estaría encantado con ese nuevo videojuego - Seguía pensando con tristeza.
-Todos serían muy felices con esos regalos de Navidad - sentenció finalmente, como si ya lo hubiera decidido.

Pero lamentablemente, la realidad era otra. No podía permitirse ni siquiera una de esas cosas, puesto que no había ahorrado lo suficiente, y ahora la sensación de culpa le impedía moverse del sitio. Y allí estaba, de pie, con un frío que calaba hasta los huesos, pero sin ningún regalo bajo su regazo, tan sólo un monedero con unas pocas monedas dentro.

Era totalmente incapaz de afrontar las imágenes que le venían de su familia con caras reflejando su decepción. ¡Seguro que le regañarían por haber malgastado aquel dinero que tenía hace escasas semanas! Tan sólo pensarlo, se le ponía la piel de gallina.

Finalmente se rindió ante la idea de volver a casa con cualquier tontería que a su familia no le gustase, prefería darles el dinero y decirles
la verdad; que no sabía que regalarles con esas pocas monedas. Total, si iba a ver sus rostros de decepción de todos modos ¿Qué importaba?
Convencida ante su nueva idea, se dirigió hacia su casa con paso firme, intentando no mirar atrás, donde estaban aquellas tiendas con esos regalos tan estupendos.

Unos minutos más tarde, estaba en la puerta de su casa dispuesta a tocar el timbre cuando se fijó que había movimiento detrás de la ventana. Se acercó sigilosamente y vio que allí estaba su familia, decorando la casa, aunque este año no habían puesto muchos adornos navideños, aunque a pesar de eso, estaban rebosantes de felicidad.

Se quedó mirándoles durante unos instantes, mientras sonreía al ver aquella estampa tan entrañable. Se dio cuenta de que su familia era realmente humilde, y el simple hecho de decorar su casa para la Navidad y festejar aquellas fechas les hacía felices.

Se merecían algo, algo que aunque no fuera de mucho valor material, lo regalaría con todo su cariño y con su corazón.

Fue corriendo hacia el centro comercial de nuevo. Cuando llegó, se paró delante de una tienda y cuando estaba dispuesta a entrar vio que el dueño de la tienda estaba cerrándola, ya era demasiado tarde.

El señor se percató de la presencia de la niña y le dijo sencillamente:
-Lo siento pequeña, ya está cerrado.

La niña no dijo nada, simplemente se quedó allí parada, lamentándose de su mala suerte. Su plan había sido un desastre, desde el principio hasta el final. Para su sorpresa, el señor se compadeció de ella y le anunció con una bondadosa mirada:

-Venga, anda, entra y compra lo que quieras. ¿Es Navidad, no? - le dijo el señor dedicándole una amable sonrisa.

Cuando terminó de comprar su regalo se despidió del hombre
dándole gracias y deseándole una feliz Navidad.

Iba sonriendo todo el camino hacia su casa, deseando de que empezara cuanto antes la Navidad.

Pasaron una velada muy agradable y divertida, y en el momento de los regalos, todos recibieron los suyos con gran ilusión, sin importar su contenido. Allí, la niña aprendió lo que realmente significa la Navidad y lo que ello conlleva.

Son unas fiestas de alegría y amor, que lo que cuenta simplemente, es estar con la gente que quieres y no importarte lo que te regalen o te dejen de regalar, simplemente, la intención con la que lo han hecho.


María José López 1ºB