sábado, 23 de junio de 2012

UNA ESPANTOSA PESADILLA de Fernando Gázquez (1ºE)

Aquella mañana cuando me desperté me había convertido en uno de mis peores enemigos. ¡Era espantoso!, ahora tendría que luchar contra mí mismo. Bueno, yo me llamo Alejandro López Pérez y era un súper héroe, llevaba una doble vida que nadie conocía. Vivía en el pueblo más chico del mundo, se llamaba Petit-ville. Mi segundo papel en esta sociedad era el de Fly-Man, era justiciero y salvaba al mundo de los ataques de Red thoot, un malvado en el que ahora me había convertido. Tras darle vueltas decidí ir a consultar con el profesor Blackbirds. Él era quien me ayudaba en todo. Cuando llegué me encontré con un coche negro, ¡era el coche funerario! ¡Blackbirds había muerto! Tras esto supe que era una obra de Redthoot y averigüé todo lo que pasaba. Supe que todo era obra de él para destruir el mundo. ¡Tenía que hacer algo! Pero...¿el qué? Fui a la biblioteca y busqué en la parte de hechizos, mitos y leyendas como cancelar este embrujo y ahí lo explicaba. Había que conseguir darle un cabezazo a Redthoot. Eso era fácil siempre y cuando no supiese lo que tramaba. Sabía que hoy en la noche iría a destruirme por eso lo esperé en mi habitación. Él entró y yo le di un cabezazo y todo explotó en mil pedazos y de repente se escuchaba "Ring-ring" en mi despertador. ¡Todo había sido una pesadilla!

jueves, 21 de junio de 2012

AQUELLA MAÑANA... de Alba Rodríguez (1ºF)

Aquella mañana cuando me desperté me había convertido en un ratón, era pequeñito y no sabía qué hacer. Bajé para la cocina donde estaba mi madre, a ella le dan mucho asco los ratones, cuando me vio no paraba de gritar, se subió encima de una silla y llamó a mi padre. Mi padre vino con un cepillo y me quería dar, salí corriendo, me perseguía, me metí en un agujero, era como un enorme túnel, caminé un poco y no paraba de ver y de cruzarme ratones como yo, intentaba hablarles pero no me hacían caso, parecía que no me entendían. Seguí a uno de los ratones y me llevé de nuevo a mi casa, me asombró como un animal que yo veía torpe, se escondía para que no le viesen, supo llegar hasta donde mi madre guardaba el queso. Cuando vi el queso me entró mucha hambre, iba algo despistado y me tropecé, me choqué con el otro ratón, cuando me vio se asustó, le pedí perdón, él estaba algo cortado, empezó a comer y yo no sabía qué hacer, no paraba de mirarle, él me miró y me ofreció un trozo de queso, yo lo acepté y me lo comí, ya empezamos a hablar y nos hicimos buenos amigos, entre tantas risas y conversación, no nos dimos cuenta de que venía mi padre, salimos corriendo hacia el agujero. Mi nuevo amigo ratón me enseñó el mundo debajo de las alcantarillas donde se podían comunicar con muchos sitios diferentes. Visitamos diferentes ciudades de Francia (París, Estrasburgo), y algunos pueblos y ciudades cercanas. Cuando empezó a anochecer volví a mi casa sin que me vieran, me acosté en mi cama que era enorme para mí, no paraba de acordarse del día tan divertido que había pasado, me dormí con una sonrisa. Cuando me desperté y me miré en el espejo ya volvía a ser humano. Bajé corriendo a la cocina, cogí un trozo de queso y se lo metí en el agujero a mi amigo ratón.

MUÑECO DE PAPEL de Juan Jesús Martín (1ºF)

Aquella mañana cuando me desperté me había convertido en un muñeco de papel. Me asomé por la ventana por ver si era de día. El sol brillaba, en ese momento vino una ráfaga de viento y comencé a volar. El viento llevaba mi cuerpo al son de sus soplidos, pero cuando dejó de soplar, fui cayendo poco a poco, como una cometa perdiendo su vuelo. Caí en el suelo, en la acera; justo al lado de la puerta de una biblioteca. ¿Cómo sería mi vida en un libro mágico de aventuras. El libro se transformó en un bosque de animales y monstruos salvajes esperándome como un presa. En el libro había unas reglas que decían " el que derribe al monstruo del laberinto llegará al final de la aventura". Cogí mis flechas, agua y algo de comida, caminé muchas horas hasta que me encontré conel monstruo. Empecé a luchar con él, yo era muy rápido porque mi cuerpo apenas pesaba, El monstruo cayó al doblarse sus piernas y no podía levantarse. Antes de que consiguiera levantarse, pude salir del libro y lo cerré. En ese momento mi madre abrió la puerta de mi cuarto. Me dijo: ¡vamos, levántate! Abrí los ojos, era algo realmente increíble. ¿Qué es lo que había pasado? O tan solo había sido un sueño.

EL SUEÑO DE JAIME de Jaime Arboledas (1ºE)

Aquella mañana cuando me desperté me había convertido en un mosquito, entraba por muchas casas y vi a una persona muy alta, fui a probar su sangre, la sangre de ese hombre me gustaba mucho y decidí ir todas las noches mientras el dormía, a picarles. Yo le picaba todos los días hasta que un día mientras yo le picaba a él se despertó, me fui volando, casi me mata pero salí por la ventana que estaba abierta. A la noche siguiente me fui a otra casa, era una casa muy bonita y yo pensé que la gente que había dentro de esa casa sería muy agradable. Por la noche me metí en una habitación, había una niña muy guapa durmiendo, le piqué y me di cuenta de que su sangre me gustaba, y decidí probarla todos los días. Un día la niña se despertó, me vio volar y me mató con una zapatilla. Al morir no sentí mucho dolor, sólo un poco, pero a continuación no sentí nada, porque ya había muerto. Luego me reencarné en un pez, era una sardina, yo nadaba y nadaba por el océano, veía a mucha gente con las cañas de pescar pero a mí no me pescaron porque yo ya sabía como iba eso de la pesca. Me eché un amigo, jugábamos todos los días a pillarnos pero siempre ganaba yo, porque era muy rápido en el agua, un día nos fuimos los dos muy lejos de la orilla y nos perdimos, nosotros no sabíamos donde estábamos, al rato vimos un barco de pesca y al poco tiempo una red nos cogió y mi amigo no sabía lo que estaba pasando y yo le dije que habíamos muerto. Yo me volví a reencarnar en una persona normal. Me di cuenta que lo mejor que hay en el mundo es el ser humano.

AQUELLA MAÑANA...de José Daniel Sánchez Palenzuela (1ºF)

Aquella mañana cuando me desperté me había convertido en un pájaro. Entonces me fui por la ventana volando y me uní a una bandada a las primeras horas de la mañana pero la idea de comer gusanos no me gustaba nada. Al final tuve que ceder pues la tripa me rugía y la verdad es que ¡me gustó mucho! Después de desayunar, todos los pájaros se fueron a los árboles para descansar. Y de pronto vi a mi madre y a mi hermando corriendo asustados y se refugiaron en su casa. Yo me quedé en la puerta hasta el día siguiente. Cuando salieron los dos, miraron a ver si me veían hasta que me encontraron y empezaron a perseguirme. ¡Puf! Me quedé enganchado en una rama del ala y los perdí de vista. Al final mi hermano me enontró, me curó el ala y me echó un trozo de un bollo de crema. Cuando terminé de merendar me cobijé en una rama de jardín, estaba agotado y triste, quería estar en casa. Al día siguiente me desperté y era otra vez humano.

miércoles, 20 de junio de 2012

AQUELLA MAÑANA... de Miguel Rodrigo de Haro (1ºE)

Aquella mañana cuando me desperté, me había convertido en un Ladrón. Estaba En mi cama, en pleno invierno y pensando en el lío que me había metido por robar el boleto de lotería de mi vecino cuyo nombre es Pedro. No pude dejar pasar la ocasión, su esposa, Isabel, estaba sola en su casa y yo me fije en ella porque se fue corriendo de su casa como una loca, diciendo: -¡Me he roto una uña!¡Socorro, un médico! No pude evitar troncharme de risa, sin duda esa mujer tenía muy pocas luces, era muy pija, siempre intenta ir a la moda pero en realidad tiene muy mal gusto. Era todo lo contrario que su marido, él era muy serio y formal. En aquel momento mi madre también se estaba partiendo de risa, igual que el resto del vecindario. Mi madre era bastante vieja, se le notaban muchos sus cincuenta y ocho años. Entonces salió tan a prisa que se dejó la puerta abierta y en el recorrido que había de su casa al coche le dio una patada a un gato tan fuerte que salió volando por los aires "por cierto, ese gato, era mío" pero me llamo la atención que dejara abierta la puerta y fue a decírselo. -¡Isabel, se ha dejado la puerto a abierta!-ella tardo mucho en responderme pero al final me respondió -¡No puedo pararme, se me podría infectar la uña!¡hazlo tu y así eres algo útil! -¡¡¡Maldita necia!!!-solo quería pensarlo pero se me escapó. -¡Que has dicho niño tonto!-dijo ella -Nada, nada señora-pronuncié con voz baja. Me dio tanta rabia que le di otra patada a mi pobre gato, pero pensé que era mi oportunidad para destrozarle la casa, por ser tan mala conmigo, se había dejado la tele encendida, estaba puesta la lotería y vi como tenía cinco cupones encima de la mesa y estaban cantando el premio gordo. -163.857-dijo una niña -¡5 milloneeeeeeesss de eurooooooooosss!-dijo el otro niño Cuando cogí el cupón no me podía creer lo que acababan de decir ¡¡¡¡ERA EL PREMIO GORDO!lo primero que hice fue metérmelo en el bolsillo, y me fui corriendo hasta mi casa, por la mañana pensé en ir a por el dinero del cupón pero… ¿Y si se habían dado cuenta de que lo había robado? En ese caso, estarían buscándome. No sabia que hacer pero recordé que mi madre compraba la lotería casi siempre así que si se lo diera y pensara que lo ha comprado ella... Pero mis ilusiones se desvanecieron cuando le pregunté. -Mamá ¿Has comprado algún cupón de lotería? -no, hijo, ya sabes que dejé de comprar cuando perdí 20.000 euros en la lotería. Qué podría hacer, no debí llevarme aquel cupón, solo me estaba trayendo problemas. En ese momento me asomé por la ventana y vi a los vecino acercándose a mi casa, y me dio un dolor de estomago, cabeza y piernas que casi me desmayo, en ese momento tocan a la puerta. -¿quien es?-dijo mi madre -somos los vecinos.-contestaron -pasad, pasad, sed bien venidos. -¡Vale lo confieso, yo robé el cupón de lotería!-grité Dio la casualidad de que cuando dije eso, mi gato estaba a mi laso y por tercera vez lo volví a pisar. -¿Que cupón, si nosotros solo veníamos a traseros un trozo de tarta? he hecho mucha y mi marido y yo no Nos la podemos comer entera, además yo no compré ningún cupón para la lotería. -pero... Si yo vi un montón de cupones en vuestra casa y uno de ellos os había tocado -¡Esos boletos los compramos hace ya años! Lo único que estaba haciendo limpieza y los encontré, iba a tirarlos pero mel esioné una uña. Un rato después mis vecinos se fueron a su casa y mi madre me castigó un año sin tele, video consolas y casi todo lo que me gustaba. Robar ese volteo fue uno de los mayores fallos de mi vida. Encima mis amigos y mis no tan amigos me pusieron El mote de ladrón.

EL NÁUFRAGO PERDIDO de Luis Mª Carmona (1ºE)

Aquella mañana cuando me desperté me había convertido en un náufrago, estaba atrapado en una isla, grité y grité pidiendo ayuda pero nadie me escuchó. Activé una trampa, me encadené, miré y miré para ver si tenía algo escrito, de repente vi unas iniciales que parecían haber sido escritas por los mayas, logré desencadenarme pero seguía triste porque no podía escapar de esa isla. Encontré un cocotero para satisfacer mi hambre, ese cocotero era enorme, trepé hasta lo más alto que pude y cogí todos los que podía. Mientras me los comía un mono con cara desafiante parecía querer comerse todos mis cocos, yo fui directo hacia él y le pegué una patada y el monillo se fue corriendo hacia el lado contrario de la isla, yo creí que no volvería a por mis cocos, pero, escuché un sonido extraño y eran una manada de monos. Yo corrí hasta que al final logré despistar a esos monos, pensé que estaba salvado pero de repente abrí los ojos y estaba sentado sobre un cachorro de jaguar, el jaguar me amenazó y me persiguió, me mordió y me hizo una gran herida y no paraba de desangrarme, me hizo un pequeño refugio, me paré miré a mi alrededor yddo ya no estaba el jaguar, cogí unos materiales para poder curarme esa gran herida. Me pasé todo el día acostado sobre una pequeña cama de hojas que estaba dentro de mi refugio. Al día siguiente estaba muerto de hambre y silenciosamente fui a buscar comida sin que ningún molesto animal me mordiese o me persiguiera. Encontré una bella flor con exóticos colores que me acordé que era una flor medicinal, me la fui frotando por la pierna y lentamente se notaba la mejoría. Dos días después, mi pierna ya estaba completamente sana, cogí unos palos, una rama y un diente enorme de jabalí y me hice una impresionante lanza para poder cazar y comer animales con un fuego para poder cocerlos. Los animales que cazaba estaban deliciosos y empecé a aburrirme de tanto cazar, pensé en fabricarme una barca para poder salir de allí. Con la ayuda de un pequeño palo y una garra de jaguar, me hice una navaja, era tan potente que podía cortar unos árboles grandes y robustos, cogí unos matorrales y la piel de un jabalí para poder hacerme una vela para la barca, salí de allí tan contento que me puse a bailar y llegué hasta mi hogar con mi familia, al verme se pusieron muy contentos y colorín, clorado, este cuento se ha terminado.