Desperté de madrugada y mi habitación seguía como siempre, pero al bajar, vi algo en la chimenea que me puso los pelos de punta.
Enma María Carrique
MI PRIMER ENCUENTRO CON PAPÁ NOEL
Aquella noche, sin que nadie sospechara, me dispuse a bajar cada uno de los escalones de madera y cuanto más cerca me hallaba de la planta de abajo, más nervios poseía, la verdad es que todo el mundo estaba dormido; no obstante, escuche un estruendo que provenía del salón.
-¿De qué se podía tratar? -Me pregunté un poco ansioso, pero a la vez atemorizado.
Con las piernas temblando y sosteniendo fuertemente una vela, para de esta forma, poder ver entre toda la oscuridad que desprendía la habitación. Logré apreciar una enorme y robusta figura al fondo de la sala, su cabellera era blanca como la Gardenia, llevaba puesto unas vestimentas rojas y unas botas de cuero que cubrían sus tobillos, además, llevaba una bolsa enorme llena de presentes, los cuales estaba dejando alrededor de la chimenea.
No obstante, colapsado por el miedo, me escondí debajo de la mesa y sin decir ni hacer nada, esperé a que se fuera.
LO QUE ESCONDÍA EL ÁRBOL DE NAVIDAD
Lucas buscó desesperadamente todos los regalos de Navidad, inspeccionó por los rincones menos esperados de toda la casa, pero no logró encontrar ningún rastro que aquellos presentes que tanto deseaba y quería abrir; sin embargo, al día siguiente, cuando parecía que todo estaba perdido, debajo del árbol de navidad, estaban los regalos camuflados y esperando para que alguien los abriera.
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