viernes, 8 de enero de 2021

CUENTO AL ESTILO "EL CONDE LUCANOR"

 Cuento realizado por Enma Carrique y Sergio González, de 3º A.

El hombre que consentía a su esposa

El Conde Lucanor le plantea un problema a su consejero Patronio:

-Patronio, -empezó a explicar- hace unos días, un amigo mío cercano me comentó que quería pedirle la mano a una 

muy buena amiga suya. Y para hacerlo, tiene planeado comprarle joyería cara y vestidos hermosos. Ya que tú eres un hombre bastante sabio e inteligente, me gustaría que dieses tu sincera opinión sobre este problema.

A lo que Patronio respondió:

-Señor Conde Lucanor, tengo una historia que quizá pueda ayudarle a resolver el conflicto de su amigo.

El Conde le pidió que le contara el cuento.

-Señor -dijo Patronio-, había una vez un hombre de gran fortuna con una esposa bastante caprichosa, a la que le gustaba mucho comprarse atuendos de mucho valor e ir a los restaurantes más caros. Ya que su esposo la quería mucho, le compraba todo lo que ella anhelaba. Y si algún día no podía darle lo que le pedía, se cabreaba tanto que dejaba de hablarle a su marido por un día entero. Un día, el hombre ya harto de que su mujer le pidiera cosas tan caras, decidió meter todo su dinero en bolsas y se las dejó a su madre, para así fingir que lo había perdido todo por una gran deuda pendiente. Luego, fue a hablar con su esposa y contarle que debían abandonar su hogar porque no tenían para pagar las facturas. Y ésta, atemorizada, le preguntó que qué había ocurrido para haber perdido toda su riqueza. A lo que el buen hombre respondió:

 

-Esta desgracia se debe a que he empezado a actuar como tú, y me he comprado cosas que deseaba, sin pensar en las consecuencias que esto conllevaría. Así es como al final me he quedado sin dinero para pagar las facturas del hogar. Y ya que tú tampoco trabajas, deberemos encontrar un lugar más barato en el que vivir hasta que lo recupere todo.

Y la mujer, enfadada, dijo:

-¿Cómo se te ocurre ser tan irresponsable con el dinero? No dura para siempre, si te lo has gastado todo ahora tardaremos años en volver a recuperarlo. No me dejas otra opción, quiero el divorcio.

Su marido notó la hipocresía de su mujer y aceptó el divorcio. Así aprendió que no hay que consentir tanto a alguien solo porque le quieras, y a que los bienes materiales no van a hacer que esa persona te tenga más aprecio.

-Y a vos, Conde Lucanor, le recomiendo que le diga a su amigo que de nada va a servir intentar conquistarla con riquezas si esa chica no tiene sentimientos hacia él, y le acabará pasando como al hombre de esta historia.

El consejo de Patronio le pareció muy bueno, y le dijo a su amigo que obrara de esa manera y le fue muy bien.

Y, cuando Emma Carrique y Sergio González escucharon esta historia, la mandaron poner en este libro e hizo estos versos que dicen así:

 

En la vida hay muchas cosas que el dinero puede comprar;

pero el amor no se compra con dinero y falsedad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario